A todos los estadistas del país que, por otra parte no deben ser tantos, os propondría una solución infalible para resolver de una vez por todas el contencioso catalán: proponer que la capital del Reino de España será a partir de ahora Barcelona. No solamente resolvería el problema del indepentismo sino que, a la vuelta de la esquina, España estaría en el Top Team de los países en el orden mundial. El pueblo catalán lo es, laborioso y emprendedor, como ninguno, legitimo poseedor de uno de los bienes más preciados: el seny. Solo necesita el protagonismo que se merece y ahuyentar tanto parásito, propio y ajeno, que le ha sumido en la mediocridad del café para todos y en el pesimismo de ver que su esfuerzo se convierte, paradojicamente, en retroceso . Así que, pensároslo con calma y cabeza, y resolverlo ya.
Y como el movimiento se demuestra andando, mientras se resuelve lo anterior, decretar ya Barcelona como sede del Senado, y veréis al instante la efectividad de la propuesta
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